El presente artículo y el proyecto de trabajo en el
que se inscribe, surgen a partir del debate suscitado en un instituto. Les
planteaba entonces a padres y profesores que en las aulas no se puede hacer con
las tecnologías cosas muy diferentes a las que hacemos con ellas en la calle o
en nuestras casas. Más allá de la “racionalidad contable”, en nuestro entorno y
en las aulas se articulan formas de actuar con los artefactos tecnológicos que
trascienden las prácticas prediseñadas (adviértase la cantidad de conflictos
políticos y económicos que hay hoy con el cibercontrol). Son patrones de
actuación con estructuras complejas y sólidas, ancladas en los límites de la
organización de los centros escolares, lo que suscita controversias entre sus
miembros al confrontar puntos de vista e intereses dispares.
El motivo de controversia era la instalación de
cámaras de videovigilancia y control mediante huellas dactilares para entrar y
salir en el instituto que tomamos como caso de estudio. El disenso surge porque
se dota de un dispositivo de cibercontrol que es muy caro y casi la “única”
respuesta institucional al creciente “clima de violencia” que se percibe en
centro. La controversia la abordamos desde el enfoque de los estudios de
ciencia, tecnología y sociedad, por considerar que explican mejor el fenómeno actual
de las TIC, además de contribuir epistemológicamente al conocimiento social
sobre el uso de las tecnologías.
A partir del análisis de los documentos del centro,
las observaciones y las entrevistas realizadas a los agentes de la comunidad
escolar, reconstruimos el armazón e itinerario de la controversia, sin que los
procedimientos activados por la dirección e incluso la Administración, llegaran
a conseguir su clausura. En un libro que acaba de aparecer, el filósofo
Innerarity (2013: 89) afirma: “Ver implica control social”. De modo que las
conclusiones del trabajo de campo las proponemos en forma de interrogante para
dar continuidad a la discusión de aquella tarde en el instituto.
a) ¿Es admisible que en un centro público de educación
se instale un dispositivo de control tan exhaustivo y “anónimo” como el de la
videovigilancia?
b) Estos dispositivos imponen la “mirada cenital”
eliminando la sombra y la perspectiva de los individuos (Virilio o Mattelart).
¿Es el mejor entorno para educar en la condición de ciudadanía a los y las
estudiantes de secundaria?
c) ¿Las instancias organizativas de los centros son
tan permeables como para asumir las dinámicas de debate y negociación
inherentes a las controversias?
d) ¿Cómo actuar didácticamente para romper los lazos
que unen las formas de actuar con las tecnologías con las prácticas y
estructuras de significación dominantes en el entorno social?
e) ¿En qué medida la experiencia de resolver la
controversia se traslada luego al proyecto educativo, tanto en la gestión interna
como en la comunicación con el exterior?
Ángel
San Martín Alonso
Para más información:
Artículo Revista de Educación: http://www.mecd.gob.es/revista-de-educacion
Un tema muy agudo que amerita la reflexion...Precisamente es la institucion educativa quien debe formar ciudadanos que participen en la sociedad con una actitud responsable y de beneficio por el desarrollo comunitario.
ResponderEliminarPoco vamos a transformar al interior de las instituciones si se replican los mismos mecanismos de control y de cibervigilancia..
Es mas...como vamos a educar en el uso de las tecnologias para la participacion y el empoderamiento si permanecen estos procedimientos?
La experiencia dela cibervigilancia no solo no resuelve la controversia sino que reafirma un modus operandi que instala la figura del "otro" comopotencial enemigo.Tanto la gestion externa de manipulacion de las tecnologias como otros usos de las tecnologias al interior de las aulas se alinean en un modelo tecnocratico, individualista y excesivamente controlador...
Las preguntas que el Dr ANgel enuncia se transforman en afirmaciones peligrosas si no se las somete a un analisis critico de sus consecuencias..
Graciela, haces referencia a un "modus operandi" que, tal como reconoces, es contradictorio con el proyecto educativo de los centros escolares públicos. Sin embargo, es precisamente en estos espacios donde está calando con mayor intensidad los modus operativos de cibercontrol, tal vez porque en la privada todavía prevalecen los modelos "disciplinares".
EliminarEn efecto, tal como apuntas y en el trabajo de campo se pudo ver con cierta consistencia, para la mayoría de los entrevistados en aquella comunidad escolar, el "otro" no sé si era declarado enemigo pero desde luego sí "sospechoso" de serlo. ¿Qué educación se fomenta en tales circunstancias?
Un interesante tema, pienso que realizando una analogia entre lo que sucede en ambientes naturales y los ambientes altamante tecnologizados, se me ocurre que la vigilancia es un mecanismo ancestral que se utiliza desde los tiempos de la vida en manada, el hombre nunca pudo desprenderse de esta modalidad y se puede interpretar como un mecanismo de proteccion- afecto.
ResponderEliminarLa hipervigilancia es una forma de violencia que seguramente tenga como respuesta otras formas de violencia como la transgresión.
La negociacion y los acuerdos se me ocurren como una respuesta efectiva a la violencia escolar. No podremos colocar tantas camaras como lugares existan pero podremos intentar crear conciencia en todas las situaciones que puedan presentarse.
En mi opinión, por un lado opino que la solución no esta en la implantación de tecnologías en los centros educativos para controlar e imponer ciertas situaciones y/o acciones; sino en formar ciudadanos competentes e integrales capaces de adecuarse a las diversas situaciones y roles que se le presentan.
ResponderEliminarPor otro lado, pienso que las tecnologías deben ser un complemento tanto para profesores como para alumnos, es decir utilizarlos de un modo más pedagógico y no tanto para la vigilancia dentro de los centros educativos.
No me parece ético que se instale este tipo de dispositivo. Me recuerda al libro de "1984" en el que el Gran Hermano controlaba a toda la sociedad a través de sus cámaras. Además no creo que el hacer de " padre autoritario", observando en todo momento a los alumnos sea la mejor manera de afrontar un problema de violencia...y menos en un centro que se dice educativo. En vez de transmitir indirectamente a los alumnos que "dado que son un caso perdido lo único que se nos ocurre es controlar vuestros movimientos", habría que escucharles, enterarse de la raíz de esa violencia y de aquellos factores que la mantienen, conocer su contexto de vida...e intentar consensuar con ellos iniciativas, cambios...que en última instancia puedan revertir en una reducción de esa violencia. Esta segunda forma de actuar es coherente con las materias de educación para la ciudadanía, que consideran que las decisiones se han de tomar democráticamente, dejando opinar a todos, sean alumnos o docentes.
ResponderEliminarSin embargo, aunque idealmente esta sugerencia es buena, me consta que en los centros no se suelen adoptar estas medidas de participación del alumnado: en la materia de política educativa hemos analizado varios textos asociados a la participación y entre otras cosas hemos concluido que las iniciativas que en la ley se promulgan, o que los teóricos defienden no se corresponden con lo que en la práctica ocurre; en resumen, en la práctica los alumnos no suelen tener voz, e incluso tampoco los padres, sino que los docentes y sobre todo los directivos son los que deciden sobre que se hace y que no.
Y volviendo al tema que nos ocupa, las cámaras de videovigilancia; cada día está más de moda el uso de las nuevas tecnologías en distintos ámbitos de la sociedad, y esto en sí no es malo ( salvo que suele ser caro, como apunta el artículo), sino que lo que las hace perjudiciales es el uso que se da de ellas. En este caso así como en otros como la aplicación de cotilleos que comentamos en clase ( gossip) , se está dando un uso malo de una herramienta que bien usada puede ser muy útil, solamente hay que intentar escoger los usos adecuados...si bien esto supongo que en muchas ocasiones puede chocar con intereses económicos de grandes empresas del sector...y ahi creo que está el problema. ¿Que pesa más en nuestra sociedad, la ética o el beneficio económico?. En la escuela deberíamos de enseñar a los alumnos a realizar un uso ético de estas herramientas, y a desarrollar un pensamiento ético en general, tanto desde las materias concretas como desde el proyecto educativo del centro que contenga la educación en valores como uno de sus puntos clave.
En principio y de acuerdo a la legislación española no es admisible que en los centros públicos de educación se instalen cámaras de control, especialmente, amparándose en el derecho a la intimidad de las personas LO1/82 de 5 de mayo. Al tratarse de un centro escolar los derechos infantiles están incluso más protegidos que los de los adultos dado que éstos son incapaces de tomar sus propias decisiones (incapacidad derivada por la minoría de edad) y son los padres los responsables de tomar decisiones por el menor. Cabe decir que el ministerio fiscal puede intervenir si existe intromisión en los derechos de los menores.
ResponderEliminarPor tanto, si se han establecido leyes que protegen al menor no tiene sentido establecer un dispositivo de control que vulnere sus derechos y amparándonos en la ley, no sólo no es admisible sino que no es legítimo.
Ahora bien, el incremento de la videovigilancia ha generado múltiples controversias respecto a la vulnerabilidad de los derechos y ha obligado a la adaptación de estos principios fundamentales a los nuevos tiempos. En este sentido, el bien común prima sobre la vulnerabilidad y será necesaria una valoración de los bienes jurídicos protegidos, es decir, deberá considerarse el principio de proporcionalidad entendido como la búsqueda de otros medios menos intrusivos para las personas para no intervenir en sus derechos y libertades.
En este sentido, podemos entender medios menos intrusivos por métodos preventivos que permitan el diálogo dentro de una comunidad democrática con el fin de ajustar conductas inapropiadas. Si la finalidad de la pedagogía consiste en la formación de individuos para la vida enseñándoles valores, la educación debe contemplar el fomento dialógico frente a medios disuasorios que proporcionan las tecnologías y sus prácticas. Son medios de contención pero no proporcionan enseñanzas extensible a espacios “no vigilados” de tal modo que son métodos que se contraponen a los principios básicos que persigue la pedagogía.
En primer lugar, remarcando lo que comenta mi compañera Sonia, creo que es importante que nos situemos en la legislación española vigente (derecho a la intimidad de las personas LO1/82 de 5 de mayo) para poder analizar la controversia teniendo en cuenta los derechos del ciudadano. Toda esta ley se hace más rígida al tratarse de menores en peligro de exposición de su intimidad.
ResponderEliminarPor lo tanto, y bajo el respaldo de la ley, creo que no es admisible que un centro educativo se haga uso de las cámaras de vigilancia. Si bien, se hace con el fin de resolver conflictos de convivencia escolar, posibles hurtos dentro del centro, por seguridad de los miembros del centro, etc., en muchas ocasiones, crea más controversias que situaciones que mejoren estos posibles problemas escolares.
Me hago las siguientes preguntas: ¿Quiénes son los encargados de controlar estas grabaciones? ¿Están seguras estas grabaciones como para no ser usadas para otros fines que no sean los de preservar la seguridad y convivencia escolar?¿Porque dejamos la responsabilidad de mantener el orden entre el alumnado a las nuevas tecnologías, pudiendo usar métodos más pedagógicos y humanos?
Bajo esta reflexión, es evidente, que piense que no es el entorno más adecuado para que nuestros alumnos y alumnas se desarrollen como ciudadanos tolerantes, libres, críticos…Parece que con este sistema de cibercontrol estamos mediatizando todos los lugares, incluso los educativos. La escuela no debe ser un “Gran hermano”, debe ser un lugar de formación y aprendizaje de valores (confianza, honestidad, reflexión, participación, igualdad, integración…) y conocimientos que formen de manera integral al sujeto.
Una buena forma de actuación debería ser, desde mi punto de vista, un trabajo cooperativo por parte de los miembros de la comunidad educativa (profesorado y familias) mediante una participación activa, con el objetivo de intervenir y actuar desde diferentes frentes en la mejora de la convivencia escolar. Además el profesorado debería hacer uso de su formación pedagógica y/o psicológica para llevar a cabo actividades adecuadas a la mejora de las relaciones entre el alumnado, así como la resolución de conflictos.
Quizás las cámaras serían útiles en las zonas exteriores del centro, para evitar la entrada de intrusos, pero recordemos que dentro de las aulas, pasillos, etc., la única vigilancia debe ser la de los propios profesionales.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMaría Lidón Monfort Gozalbo
ResponderEliminarEs cierto que la instalación de las videocámaras vulneran el derecho a la intimidad, a la dignidad y al honor de las personas. Además, está prohibido captar imágenes a los menores de 14 años, siempre que no se disponga del consentimiento de sus padres o tutores, y a espacios públicos como accesos o pasillos.
Otras preguntas que se debaten es si los centros son tan permeables como para asumir las dinámicas de debate y de negociación inherentes a las controversias. Un centro educativo es un sistema cerrado, complejo y subordinado a una estructura muy rígida y cuya organización está estructurada de tal modo que, todos sus integrantes tienen unos intereses y unos puntos de vista muy diferentes,. Bajo estos condicionantes, será difícil que se produzca un diálogo y una participación dentro de los miembros pertenecientes al centro educativo y para que fuera posible un cambio sería necesaria una comunicación flexible, un trabajo cooperativo y un análisis de la realidad.
En la siguiente cuestión en la que me centraré ahora es analizar cómo se puede actuar para romper los lazos que unen las formas de actuar de la tecnología con las prácticas y estructuras de significación dominantes en el entorno social. Indudablemente, la condición primordial es la construcción de conocimiento y de aprendizaje por parte de los grupos involucrados, es decir, es la concienciación y la formación la estrategia de acción fundamental para promover la prudencia en el uso de la tecnología.
Muy bien por el debate, además animado desde otro blog.
ResponderEliminarLo que planteas en el segundo y tercer párrafo, es bastante complejo y no se puede resolver fácilmente. Un par de cuestiones:
La videovigilancia afecta por igual a todas las instancias de la organización escolar y, como tal, han de implicarse en la incorporación de esa tecnología de control. No hay por qué renunciar al diálogo y la confrontación.
El diálogo y la confrontación son también formas de acceder al conocimiento, aunque sea un conocimiento no tasado curricularmente.
Buenas:
ResponderEliminarMe uno al debate, que creo está realmente interesante y he de decir que en todos los comentarios veo grandes argumentos.
Al leer el articulo me han ido viniendo ideas que creo que debo comentar:
1-Estas experiencias de videovigilancia ya se están llevando a cabo en guarderías, a los padres se les da una clave y pueden observar en cualquier momento el centro. La realidad es que hoy en día muchos padres buscan y agradecen estas tecnologías, la necesidad de control, de saber que ocurre, de estar presente, y de "manejar" la vida de los hijos ¿Es innata al ser humano? Ante esta demanda las empresas (no olvidemos que la 1a etapa de infantil es "privada" con subvenciones) buscan agradar a los padres, buscan tener una buena oferta. ¿Hasta qué punto no se está buscando también esto en los centros -bajo el paraguas de la seuridad-? Hemos de tener en cuenta la guerra abierta entre centros para atraer estudiantes...(¿Intereses de la enseñanza concertada y privada?¿Presiones?)
2-El mercado laborar cada vez es más exigente, el despido más fácil, el trabajo, más dificil. ¿Una herramienta de control para docentes?¿Hasta que punto es legal como trabajadores?¿Hasta que punto es ético?
3-Mientras leia me ha recordado a "La ley seca" que se dió entre el 20 y el 32. Las cámaras cohiben el acto ante ellas, (Abiertamente no se vende alcohol) pero se aprende, se adaptan las conductas a hacerlo dónde no puedan ser vistas (Aparece el tráfico ilegal de alcohol). La conducta no desaparece, simplemente se adapta a las nuevas circustancias. ¿No harán lo mismo los adolescentes?
4-¿Esto no es pedagogía del miedo? El miedo a ser descubierto, a ser grabado haciendo algo que se sale de la norma...¿Estamos dando crédito a este tipo de pedagogía?
5-Por último, me da la sensación que desde hace años en España ni el diálogo, ni la confrontación están bien vistas, ni son correctamente educadas, las solicitudes de las bases no son atendidas. Los de arriba mandan, los de abajo acatan. ¿Cuántos conflictos de intereses habrá entre los que defienden la videovigilancia?¿Algún sobrino con empresas de cámaras?¿Primos?...Ahora ha salido el tema de las tablets en la C.V., ¿Vuelven los intereses particulares a estar por encmia de los educativos? ¿Han preguntado a maestros? ¿Han debatido?...
Saludos
Hola,
ResponderEliminarMe llama la atención los análisis del prof. Angel que podrían se hechas en algunas comunidades escolares de mi país - Brasil - que, como sabeis, incluso en este tema se puede notar lo de la desigualdad... mientras para algunos padres, les interesa repeti el Panopticon, otros intentan que sus hijos estén en la escuela y eso les basta...
Sea el primero entorno o el segundo, me parece que las preguntas que ha hecho el prof Angel y algunos de nosostros, nos interesan reflexionar bajo el rol de la gestión, de la docencia en este comienzo del siglo XXI.. Al fin y al cabo,? todas las investigaciones que hemos hecho desde distintas miradas teóricas resultan en un modo de control social como ese? ?Hacia dónde vamos o intentamos llegar con tales prácticas? ? A quiénes les interesan eses modos de control social?.. El artículo me hace creer que tenemos mucho que saber bajo ese tema! Saludos desde la America del Sur!
Hola a todos,
ResponderEliminarpreviamente comento el contexto de mi centro escolar; para una mejor interpretación de mi punto de vista. Soy el coordinador de audiovisuales de un Instituto de secundaria; tras casi 20 años en ello, toda la escuala vive, disfruta, comparte, reflexiona y aprende de las imágenes. Y existe un sistema de video vigilancia en los pasillos.
Creo que son dos cuestiones profundamente alejadas una de otro. Quizás lo único en común sea una cámara que graba.
Soy profundamente liberal en cuanto a las convicciones de ejercicio del libre albedrio, de la autonomía y de la libertad misma. Pero también soy pragmático. Las escuelas padecen de un comportamiento (aun por explicar) de poco respeto a las instalaciones, a los espacios de bien común, de un vandalismo constante (vandalismo es una palabra quizás exagerada, pero razonable).
Soy, asimismo, tutor. Y he podido observar con tristeza el destrozo de taquillas, el hurto en las mismas o comportamientos agresivos severos. A través de la video vigilancia.
Mientras tanto, soy responsable del uso del lenguaje de la imagen para reflexionar sobre el acoso, el medio ambiente, la interculturalidad, el consumo sostenible, entre otros temas.
Insisto, dos cuestiones profundamente alejadas una de otra.
Hablamos de un instrumento para la creatividad. Y un instrumento de control.
Señalo todo esto por una cuestión que he ido leyendo en las intervenciones de este blog: la satanización de un sistema de control. Uno más. Quiero decir ¿el profesor de guardia en los patios no lo es? ¿los profesores de guardia de clase no lo son? (¿no deberían los alumnos poder permanecer solos en el aula?), ¿pasearse durante los exámenes no lo es?...
La probidad de la persona es un ideal deseable; la escuela debe promoverlo, alimentarlo, ejemplificarlo... pero nuestro mundo es el que es, y mientras tanto no podemos desdeñar un instrumento que, en definitiva, es útil para la defensa del débil.
Quizá el problema surja precisamente del hecho de que, según se señala en el texto, estas medidas de cibercontrol hayan sido prácticamente la única respuesta institucional a ese creciente clima de violencia detectado en un centro escolar. Porque resulta difícil de imaginar que no se haya intentado recorrer otros caminos y poner en marcha otras medidas, antes de llegar a la implantación de sistemas de control (cámaras de videovigilancia y control mediante huellas dactilares) caros, ciertamente anómalos en un centro educativo, que podrían invadir la esfera de derechos y libertades de los miembros de la comunidad escolar y aun de terceros que visiten el centro o se relacionen con él, y que sobre todo van claramente contra la lógica de valores que hoy en día aspira nuestra sociedad a trasladar a sus jóvenes, como la solución de conflictos a través del diálogo y no mediante medidas no exentas de controversia.
ResponderEliminarEl cibercontrol es por otro lado un sistema caro, en un contexto de recursos escasos, que podrían ser empleados en otras actividades escolares que probablemente contarían con mucha mayor aceptación.
Y finalmente, la utilización de este tipo de medidas para solucionar problemas de relación y convivencia, que parecen extremas, nos conduce a pensar en el eventual fracaso del funcionamiento de los órganos de gobierno del centro escolar. ¿No ha sido posible diseñar y poner en marcha desde los mismos, y/o desde la dirección, otras medidas tendentes a la mejora del clima en el centro, y a atajar el problema? Sin duda esta atmósfera de control se trasladará al proyecto educativo e impregnará el centro escolar de una nube de desconfianza. Vigilar mediante cámaras y comprobar las huellas no parece la mejor forma de crear una segunda casa, en la que alumnos y profesorado se sientan a gusto, aprendan y eduquen.
No sabemos que ocurrirá en el futuro, debemos valorar la existencia actual de la tecnología
ResponderEliminarlibre que tenemos ahora y aprovecharla de todas las maneras posibles.
Es necesario encontrar qué hacer con ella. En casa nadie tiene porque conocer programas
informáticos desde ofimática o catalogación a diseño gráfico, saber editar vídeo o audio, nadie
tiene que saber programar con código, nadie tiene que saber acumular información,
seleccionarla y adaptarla pero en la escuela sí, al igual que deben saber ecuaciones,
trigonometría, historia y geografía.
La tecnología no es algo cerrado o
explicado, está en desarrollo continuo.
Existen por esto varios controles sociales a mi entender. Uno es el control social puramente
democrático en el que cada integrante de esta micro o macro sociedad (ya sea la clase o la
sociedad) acepta su papel dentro de la sociedad y trabaja para el desarrollo de la misma y otro
es el control institucional, que puede no contar con la aceptación o el trabajo de los miembros
de la sociedad pero que funciona de otras maneras.
Ver algo no quiere decir que esto pueda ser controlado, la detección no lleva consigo la
resolución.
-¿Es admisible que en un centro público de educación se instale un dispositivo de control tan
exhaustivo y “anónimo” como el de la videovigilancia? Moralmente y como opinión personal no
lo es. Legalmente sí es admisible en una sociedad democrática que aprueba las leyes con
mayoría abosulta de los ciudadanos. ¿Por qué considero que no es moralmente correcto? Porque
la clase es un lugar para sentirse niño y vulnerable, para sentirse adulto y osado para sentirse
investigador, inocente, apoyado y ayudado, no para sentirse observado, juzgado o controlado.
-Estos dispositivos imponen la “mirada cenital” eliminando la sombra y la perspectiva de los
individuos (Virilio o Mattelart). ¿Es el mejor entorno para educar en la condición de ciudadanía a
los y las estudiantes de secundaria?
Por una parte existe la posibilidad de vivir en un mundo totalmente controlado por sistemas de
video-vigilancia como ya ocurre en los barrios centrales de ciudades como Madrid y esta
posibilidad cada día más plausible debe ser combatida y en el caso de perder este combate
normalizada para que cause el menor daño posible en la sociedad libre. La ciudadanía española
no es como la ciudadanía alemana, inglesa o francesa. Si alguna sociedad puede aceptar ser
Orwelizada es la nuestra.
-¿Las instancias organizativas de los centros son tan permeables como para asumir las
dinámicas de debate y negociación inherentes a las controversias?
Pienso que las instancias organizativas son permeables para asumir cualquier debate, son las
personas los que marcarán la validación de los cambios mediante sus opiniones o posturas.
-¿Cómo actuar didácticamente para romper los lazos que unen las formas de actuar con las
tecnologías con las prácticas y estructuras de significación dominantes en el entorno social?
Estableciendo una diferenciación entre la sociedad y la identidad. Esta diferenciación debe ir
desde lo individual a lo global dentro del grupo clase, mediante cuestionarios, entrevistas
personales, puestas en común y trabajos de campo en los que poder establecer una visión que
confronte lo establecido en relación a lo tecnológico.
María Esther Candela López.
ResponderEliminarMe parecen muy interesantes todas las ideas puestas de manifiesto en el debate que se ha generado a través del texto expuesto y sobre todo me ha llamado mucho la atención las experiencias que han compartido dentro de los centros educativos.
Sinceramente creo que no somos realmente conscientes hasta el punto en el que las nuevas tecnologías tienen poder y control en nuestra vida diaria. Parte de la sociedad las asume como normalidad, sin llegar a plantearse la dimensión, transcendencia y poder que han alcanzado ni siquiera llegar a plantearse la controversia que éstas suscitan.
Como bien han apuntado en algunos comentarios, éste cibercontrol se ve tan normal que ya hasta los propios padres lo solicitan. ¿Realmente es necesario éste control?¿Tan fácil es vulnerar nuestros derechos?¿Cual es el fin que se pretende alcanzar con este excesivo control, desinstitucionalizar el poder de la educación?
En primer lugar me gustaría comenzar agradeciendo a mis compañeros y compañeras lo comentarios tan interesantes que he podido leer acerca del presente artículo.
ResponderEliminarEste tema da y dará mucho que hablar, puesto que genera muchas controversias sobre su uso, para abordarlo me gustaría situarme en una perspectiva o un punto de vista sociológico desde el cual voy a tratar de desprenderme de mis actitudes, valores personales y prejuicios respecto al tema que nos ocupa.
Una vez situado en esta perspectiva observo que la instalación de cámaras de seguridad surge con la idea de la no violencia, como un mecanismo de seguridad no muy diferente al carcelario, no sería pues de extrañar que el siguiente paso fuera la ampliación de servicios actualmente contratados con la empresa de seguridad para que además ponga unos cuantos vigilantes jurados por el lugar. El “valor” arraigado en dicho mecanismo de seguridad es bueno, la “no violencia”, este valor se vendería por doquier, ¿Quién no desea la “no violencia”?, lo cierto es que la instalación de estas en muchas ocasiones no buscan evitar, sino depurar responsabilidades.
Este sistema, en su momento, tendría que ser aprobado en el consejo escolar, donde toda la comunidad educativa está representada, y por supuesto la gran mayoría diría “si” a la no violencia. Pero creo que nadie se paró a pensar, se asesoró sobre el impacto de estas herramientas de seguridad dentro del sistema educativo.
Cuando hablamos de “sistema educativo” debemos entenderlo como lo que es, un sistema, donde un conjunto de elementos o variables están interrelacionadas unas con otras con un fin común o al menos con un funcionamiento sistemático y determinado. Al introducir variables nuevas dentro del sistema (cámaras de vigilancia, pantallas digitales…) estamos modificando el sistema ocasionando así un cambio en las variables dependientes como puedan ser la violencia, la libertad, la pedagogía, el conocimiento, es decir, a través de la instalación de estas cámaras probablemente disminuya la violencia pero reduzco la libertad, la expresión, cambio la pedagogía, etc, porque no olvidemos que el sistema educativo “predica con el ejemplo” ¿Qué estamos enseñando? Estamos mostrando un sistema educativo que no confía en sí mismo para resolver el conflicto y que no confía en sus alumnos, y por lo tanto está abocado al fracaso.
Por otro lado, muchos de mis compañeros y compañeras lo han comentado, ¿Quién tiene acceso a esas cámaras? ¿Dónde almacenan sus imágenes? Son cuestiones fundamentales puesto que mi intimidad y mi conducta es mía y soy libre mientras no cohíba la libertad de otros, ¿es necesario que me estén vigilando?, las dudas me resultan muy inquietantes.
Respecto al sistema de videovigilancia en sí comentar que estas cámaras suelen ser muy precisas, es decir, van mucho más allá del simple ojo humano, son capaces de leer un DNI a unos 100 metros de distancia, ¿Qué quiero decir con esto? Que su uso puede conllevar a la vulneración también de la ley de protección de datos, ya que se puede tener acceso a documentos escritos colocados en el radio de acción de la cámara.
Para concluir además decir como han comentado otras personas en el blog que una vez instalados estos sistemas tu vida para a ser pública, ¿Quién vigila a quien me vigila a mí? Un círculo vicioso donde solo la buena fe y los valores de la gente pueden hacer que este sistema no se corrompa pero que en su trasfondo pide lo contrario puesto que sí dejaran de suceder “actos violentos” por supuesto no por la educación recibida, sino por el miedo, se generaría una gran dependencia que llenaría los bolsillos de muchas personas y empresas. Además el problema no se extingue puesto que el centro educativo es social, quiero decir con ello que tengo el mismo problema si dos de mis alumnos se pelean dentro del centro como fuera, debo abordar el problema por el mero hecho de ser una institución educativa, ¿Deberíamos entonces instalar una cámara en el hombro de cada alumno? Por supuesto que no…
Alfonso Miñán
ResponderEliminarDespués de leer el texto y los comentarios de compañeros/as y otros participantes del blog, creo que poco más por decir queda, pero aun así haré una breve reflexión personal sobre el tema.
Aunque la ley proteja la privacidad de las personas y en especial de los menores, no veo el problema de la colocación de cámaras de videovigilancia, siempre y cuando se informe a toda la comunidad educativa de su existencia y siempre que se tome la decisión por mayoría de la comunidad.
Partiendo de que un centro llega a este decisión por temas de convivencia y no de control por control, no me parece del todo mala la decisión de su colocación. Pero esta medida debe de ser complementada por otras. Estas otras medidas deben de centrarse en el tratamiento de la información grabada. Hay que asegurarse de que las grabaciones no sean accesibles, que una persona puede hacer el uso que le apetezca de ellas. Hay que asegurarse de que la única copia de las grabaciones se encuentren en un sitio SEGURO, que nadie pueda conseguirlas y que el centro sea el gestor de estas, para que cuando ocurra un problema de convivencia el centro pueda utilizarlas internamente para resolver estos conflictos.
En cuanto a la colocación de las cámaras, solo me parece razonable que se encuentren en pasillos y exteriores del centro. Si una cámara esta en un aula podría ser utilizada como 'arma' contra el profesor, es decir, como un utensilio para el control de la forma que emplea en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En conclusión, no se puede decir que algo es bueno o malo, como ya sabemos, porque hay una gran gama de grises. Todo artefacto tecnológico bien utilizado puede ayudarnos en nuestro día a día, pero mal utilizado puede servirnos de 'arma de doble filo'.
Muy interesante todas las aportaciones. En las preguntas/conclusiones desarroladas por Ángel la gente toma diversas posiciones, todas ellas lícitas desde la perspectiva que se asume. Algunas con matices más legalistas, otras con corte más moral, otras con mirada pedagógica, y desde luego todas argumentadas desde los diferentes prismas desde que se analizan.
ResponderEliminarLa decisión del centro supongo que es tomada en base a unos argumentos sólidos (bajo su prisma) y que tratan de dar solución a una situación que han determinado desbocada. ¿Puede haber otras medidas? Por supuesto que mi opinión personal es que sí, otras medidas de carácter educativo, pedagógico, social, ético, moral o cualquier otro calificativo que queramos dar dentro que lo que consideramos el ejercicio de la bondaz humana, pero ¿lo es así desde la organización y gestión de los centros con miras burocratizadas? ¿les interea más allá del número de hurtos, delitos, alteraciones que se han reducido? ¿les importa que se produzcan en otros contextos mientras su centro esté a salvo?
Observamos que principalmente atribuimos al conjunto del centro la responsabilidad de esta medida de control y en algunos casos llegamos a hacer hincapié en una situación de descontrol por parte de los profesionales educativos, pero ¿no es acaso un fallo en el conjunto de múltiples agentes sociales? En base a esta pregunta sitúo mi opinión.
Desde mi punto de vista no es admisible introducir estos mecanismos de control en un entorno educativo, sí lo sería en centros de instrucción que es a lo que quieren que deriben los centros educativos, pequeños (o grandes) nichos de "conocimiento" que sean un isla en medio de la tempestad. Para llevar bien a cabo la instrucción es importante disuadir las conductas discordantes, pero si miramos la RAE disuadir dista mucho de corregir o cambiar, que sería lo educativo, lo pedagógico.
El anonimato de la cámara, su expresión mecánica, su idenficación como cables y cacharrería no genera emociones, empatía, reflexión, ni mucho menos aprendizaje. Supongo que en este caso las tecnologías se usan para aplicar control y castigo a los actos no deseados (siempre y cuando no estés en su ángulo muerto, que serán los que busquen con fervor y devoción a quienes les interese escapar y vanagloriase de ello). Estar fuera de ese sistema de cibercontrol debe suponer, entiendo yo, un grado de libertad, tanto para el bien como para el mal, pero sobre todo para la intimidad (como ya han comentado en otros comentarios).
A mi modo de ver estamos ante un fallo social del que la educación forma parte (pero no es el todo), la denuncia ética y moral de los comportamiento reprobables quedan a cargo de una máquina, de la tecnología y de multiples ficheros que recogen la imagen de tus comportamientos. Acaso no es reprochable a las Administraciones su error en la educación social en la calle y zonas necesitadas, acaso no es atribuible múltiples conductas a su inducción en los medios de comunicación, acaso no es atribuible a las familias su responsabilidad en el cuidado y control de los hijos, acaso no es cuestionable el comportamiento de la justicia y la policía en los casos de los menores,...
Por lo que parece, las organizaciones educativas son permeables a las dinámicas de debate y negociación siempre y cuando vengan secundadas por denuncias, leyes o justificaciones económicas, más que por diálogo y el consenso (al menos eso me ha parecido deducir de este caso concreto). ¿Qué entienden por proyecto educativo? ¿Cuáles son sus fines?...
Ciertamente este tema puede tener muchas vertientes e interpretaciones, pero el debate suscitado me parece muy interesante y que aporta grandes cuestiones a la reflexión y las diferentes miradas que se han dado del tema.
Ana Belén Linares Huerta
ResponderEliminarEl exhaustivo control que se pretende llevar a cabo en los centros educativos en la actualidad, viene planteado en este artículo por la videovigilancia. En mi opinión, el objetivo que se plantea con la misma es la prevención de posibles conflictos que se pueden llevar a cabo en los centros educativos, a través de un mayor control sobre los individuos implicados en el proceso educativo. Ahora bien, ¿es admisible la implantación de estos dispositivos en los centros escolares? ante esta cuestión, yo me pregunto ¿dónde queda el papel del docente? ¿es una medida que permite a los maestros "acomodarse" relegando parte de su función en estas medidas? Sin duda, todo ello crea controversias, pudiendo encontrar opiniones a favor y en contra de este tipo de métodos de control en las instituciones educativas. En mi opinión, pienso que por un lado tiene una parte positiva, en el sentido de que nos permite a los docentes observar, prevenir e intervenir ante determinados casos o conflictos que nos podamos encontrar en el centro, y por otra parte, pienso que no es adecuado ni educativo la implantación de este tipo de dispositivos, ya que es contradictorio con uno de los principales objetivos que plantea la educación, como la formación activa y responsable de ciudadanos que forman parte de una sociedad. En mi opinión, se trata de un atentado contra la intimidad y la protección del menor.
Finalmente, señalar que la escuela o cualquier institución educativa debería centrarse en contribuir en el desarrollo físico, afectivo, social, intelectual y moral de los niños y niñas, y no en establecer dispositivos que hacen que ésta se asemeje, en los casos más extremos, a los centros penitenciarios (por las cámaras, control mediante huellas dactilares, etc.).
Las instituciones escolares se caracterizan por ser espacios democráticos de participación representándose de diversas formas donde es formado al alumnado como ciudadanos responsables en la sociedad en la que vivimos. Estos espacios pueden verse afectados por las tecnologías utilizadas desde la organización escolar como sería a través del uso de las videocámaras y el control mediante las huellas dactilares.
ResponderEliminarLa problemática que viene dada según el modelo utilizado cada vez más en las escuelas sería entender estas prácticas como único recurso para eliminar o reducir el clima de violencia generado con la convivencia entre iguales, el mal uso de los espacios físicos de las instituciones...
Si pretendemos transformar las acciones violentas en las instituciones, en mi opinión, no sería la mejor forma de trabajar en el entorno educativo. Estos aparatos tecnológicos no se están utilizando con una finalidad educativa. Nos encontraríamos ante un modelo tradicional donde se lleva un mayor control desde el espacio organizativo y administrativo creando, de esta manera, cierto temor en los agentes de la comunidad educativa.
Por otra parte, con el uso de estos mecanismos me surge las siguientes cuestiones... ¿las imágenes grabadas con las videocámaras están archivadas en algún disco duro o espacio virtual?, ¿quién tendría acceso a las mismas?, ¿corremos el riesgo de que las imágenes sean hackeadas y sean expuestas públicamente?... En muchas ocasiones desconocemos nuestros derechos y los de los demás como ciudadanos y ciudadanas y podemos estar atentando contra ellos cuando utilizamos estos aparatos tecnológicos. La privacidad de datos es un tema peligroso que sería necesario conocer los términos así como la mejor forma de trabajar con la seguridad de que nuestros derechos no se vean vulnerados.
Son múltiples las prácticas alternativas a los mecanismos utilizados donde tenga cabida la pedagogía aplicados tanto en las aulas como en los diferentes lugares en las instituciones escolares. Los resultados obtenidos mediante estas medidas alternativas podrían ser mayores con repercusiones positivas como alumnos y alumnas pertenecientes a una comunidad educativa y la trascendencia como ciudadanos y ciudadanas que forman parte en la sociedad.
Estoy de acuerdo con lo que Jorge Martín Domínguez argumenta en su comentario por lo que respecta a la cuestión suscitada por Ángel San Martín en la permeabilidad de las instituciones educativas en asumir las dinámicas de debate y negociación inherentes a las controversias. Al principio del comentario mencionaba de una institución de participación democrática en la que el diálogo y el consenso sea de todos los agentes pertenecientes al entorno educativo. No obstante, estos cambios en educación vienen dados muchas veces dados a raíz de denuncias, leyes y justificaciones económicas sin tener en cuenta aquellos aspectos tan importantes mencionados anteriormente.
Pueden ser diferentes las críticas a las prácticas educativas realizadas mediante las tecnologías. Se trata de un tema actual de gran interés para el ámbito educativo y social en el que estamos afectados todos/as como miembros de una comunidad social y, por lo tanto, debemos tomar parte como ciudadanos/as proactivos de forma que asumamos control de nuestras acciones y reflexiones críticas de modo activo.
Mª José Waliño Guerrero